El 11 de Junio de 2015 el Ayuntamiento de Madrid gobernado por Dña Ana Botella, precintó el Teatro Nuevo Apolo de Madrid. Una decisión impulsada por una nefasta e inexistente política cultural en la ciudad de Madrid, una ciudad que ha atravesado durante el mandado de esta señora, un desierto, el cual se ha llevado por delante el trabajo y el esfuerzo de personas, que viven, vivimos de una profesión apasionante, y que ella y muchos de los que están en su partido no entienden, ni han entendido nunca y que es más, desprecian. Un amigo productor francés unos días después del cierre me decía: “Carlos y que pasa con la vida de las personas que trabajáis ahí” “no se ha tenido en cuenta esto?” Y tuve que responderle que no, que eso a este Ayuntamiento no le parecía lo suficientemente importante….
Volviendo al asunto del cierre, este se lleva a cabo por la denuncia de una vecina, que amparada en una normativa de ruidos (OPCAT) incompleta y errónea en algunos de sus puntos, hecha y aprobada por la Sr. Botella en el 2011 cuando era concejala de Medio Ambiente, da poder a una vecina para, literalmente, cerrar un teatro si este no cumple con esa normativa, la cual dicho sea de paso y esto es lo grave, es imposible técnicamente de cumplir en uno de sus puntos y que ningún teatro de Madrid, ni municipal ni privado cumple, y seguramente ninguno de España cumpla. Este punto es el que pide un aislamiento sonoro de 80 DBS en la paredes del recinto, algo que según los expertos solo se podría conseguir en edificios de nueva construcción en los cuales se realizaran extraordinarias labores de aislamiento. Para continuar con la incongruencia de la normativa, este punto absurdo ni siquiera es necesario en un teatro, los teatros no necesitamos 80 DBS de aislamiento ya que no trabajamos a volúmenes parecidos a los de una discoteca por ejemplo. Por lo tanto la norma, otro error más, no diferencia entre teatros y discotecas, a los cuales les exige el mismo nivel de aislamiento.
Dentro del mismo ayuntamiento algunos funcionarios se llevan las manos a la cabeza ante esta barbaridad, nos dicen que la normativa está inacabada, que está mal, etc, y que les genera problemas graves de cierres injustos y situación rocambolescas, pero ahí ha estado desde el 2011 sin que nadie haya hecho nada por corregir semejante barbaridad, la cual desemboca en las fatídicas consecuencias del cierre de un teatro, como en este caso. Todos en el sector sabemos lo que esto conlleva, la ruina, los puestos de trabajo, etc, todos menos los que redactan, ejecutan y aprueban, algo irresponsablemente, sin pararse a analizar consecuencias y daños para las personas, para las empresas, para los vecinos de la zona y para la ciudad de Madrid, para en definitiva el alma de esta ciudad.
En las sucesivas reuniones con el Ayuntamiento he visto las dos actitudes representadas en diferentes personas, la que es sensible y consciente de las consecuencias de un cierre, y la que sencillamente le da igual, sin ver más allá, ni aportar ninguna solución. Y aquí de nuevo nos vemos ante otra situación grave, la normativa al estar incompleta, se le tuvo que añadir una Disposición Adicional hace 3 años, para evitar el cierre de decenas de locales de música en vivo, que no cumplían y se creó el CENSO DE LOCALES DE ESPECIAL INTERES PARA LA CIUDAD DE MADRID. Para nuestra sorpresa, nadie en Medio Ambiente nos habló de esta posibilidad, a la cual ahora nos vamos a acoger y a la cual de haber estado dentro antes, el Teatro N. Apolo no estaría hoy cerrado.
Todo está dentro de la misma actitud de la misma política, de la desidia y de la atrevida ignorancia, del mirar para otro lado, de no valorar en definitiva ni a los empresarios, ni a los teatros, ni a los trabajadores, ni siquiera a la ciudad, porque cerrar un Teatro es matar un poquito la ciudad.
La lista de despropósitos es larga, y en el caso nuestro a esto se le ha juntado una vecina músico de profesión, que no vive en el piso el cual lo tiene alquilado a unas inquilinas que junto al resto de vecinos, han firmado un documento en el que expresan que el Teatro N. Apolo no supone ninguna molestia por ruidos y que es un bien cultural para el barrio.
Afortunadamente la situación ha dado un giro en las últimas semanas, y el nuevo equipo de gobierno encabezado por Manuel Carmena, está buscando la solución para una próxima y pronta apertura del teatro, que pensamos no será más haya de septiembre de este año.
Desde Summum Music la empresa que gestiona el teatro, hemos sentido el apoyo de todos en estos días, y a pesar de los momentos difíciles que hemos pasado, estamos seguros que vienen tiempos mejores para esta ciudad, con poco que se haga todo será mucho mejor que antes. En nuestro caso, solo pedimos que se nos deje trabajar en paz, la administración no puede ser una zancadilla constante a la iniciativa, debe de controlar y regular, pero nunca ser un freno a las iniciativas y empresas que crean, apuestan, fomentan y producen, sea el sector que sea. La administración debe de trabajar y dejar asesorarse por personas competentes y profesionales con sentido común, y no con amiguetes como ha ocurrido con parte del equipo anterior. Somos un sector muy importante y al que se debe de respetar, escuchar y apoyar firmemente desde las instituciones, porque no solo creamos puestos de trabajo, producimos emociones y hacemos la vida más atractiva y bella.
Carlos J. López
Promotor, productor y director de Summum Music
Director Gerente Teatro Nuevo Apolo