Si hay alguien que ha sabido hacer coincidir a críticos y público, ese es Javier Olivares con “El Ministerio del Tiempo”, la serie que creó junto a su hermano Pablo, fallecido por ELA hace ya casi un año. Javier parece un hombre tranquilo, acude a la cita escondido en unas gafas de sol oscuras y vestido casi completamente de negro. No parece tan serio como se le ve en las fotos de sus últimas entrevistas y está muy contento por los últimos reconocimientos en el Festval de Vitoria 2015, a mejor serie de ficción y mejor guion.
Estáis rodando la segunda temporada de “El Ministerio del tiempo”. ¿Una de las claves del éxito es estar rodeado de un gran equipo?
Es la clave, aquí ha sido más necesario que nunca. En guión, antes, porque Pablo estaba más enfermo. Y ahora, porque ya no está. Los equipos siempre son la clave, pero está vez es más y no solo por la parte más visible, es también por los técnicos de sonido, de iluminación, la gente de producción… Hoy mismo una compañera de producción me decía que nunca había estado tan ilusionada de estar en un proyecto. Tienes que estar rodeado siempre de gente que sabe más que tú en todas las áreas y mi misión es escuchar a los que saben y decidir. Procuro que todos se sientan creadores de la serie, no quiero funcionarios obedientes.
Tenéis buenas críticas de público, buenas críticas en prensa y televisión. ¿Qué importancia tiene entonces el share?
El share siempre tiene importancia porque son las reglas del juego y no hay que caer en darle importancia cuando te favorecen y quitársela cuando no te favorecen. Lo que si es cierto es que los condicionantes que motivan un share ha cambiado en los últimos cuatro años desde que TVE perdió la publicidad y se beneficio de ello a dos cadenas privadas. Telecinco y Antena 3 tienen un nivel muy alto y no dejan hueco para nadie más porque saben hacerlo muy bien. Yo jamás renegare de las audiencias pero si soy partidario de incluir otros factores como los visionados en diferido, en online o en otras plataformas que no aparecen los datos en ningún sitio.
¿A qué miedo os enfrentáis en la segunda temporada?
Nunca se sabe si la gente va a dejar de seguirte, pero es cierto que hace cinco meses que se dejó de emitir nuestra serie y todas las semanas se habla de ella. No sé qué pasará, pero confío en mantenernos donde estamos.
Los actores protagonistas de “El Ministerio del tiempo” los elegiste tú, ¿cómo ves el panorama actoral en España?
Yo creo que hay mucho talento en los intérpretes aquí, pero que desgraciadamente trabajáis en unas condiciones difíciles para vosotros por falta de tiempo, de mecanismos. Rodolfo Sancho por ejemplo tiene la etiqueta del típico galán y es mucho más. Posee muchas más gamas como actor. Y tiene un control del espacio en un plató como pocos he visto. Eso es muy importante, es pisar un plato y parece que lleva viviendo alli años. Es un don.
¿Cómo se seleccionan a los actores en “El Ministerio del tiempo”?
En el proceso entramos todos, tanto Marc Vigil, como Amado Cruz, como yo mismo, aunque es cierto que ahora estoy en un punto que no puedo dedicarle el tiempo que necesita esa labor y simplemente se me va informando y yo le doy el ok definitivo junto con TVE. Me gusta mucho que Amado Cruz cree su universo y aporte su visión, y que luego Marc Vigil y el resto de directores (Abigail Schaaff, Jorge Dorado…) aporten su opinión a la hora de elegir.
Y esta temporada repleta de actores muy reconocibles, Hugo Silva, Fernando Cayo…
Vuelve Ramón Langa, Peris Mencheta haciendo del Cid, Pere Ponce haciendo de Cervantes…
Tenéis uno de los repartos más importantes visto en televisión de los últimos años.
Son excelentes actores, a mí me pesa mucho un actor que haya hecho teatro. Para mí es esencial, yo vengo del teatro, estudié interpretación y de hecho estuve a punto de ser actor. De la gente que conocí en aquellos tiempos, me encantaría contar con Carlos Hipólito, al que adoro y que por problemas de fechas no puede participar de momento esta temporada.
Pero, ¿y los actores poco conocidos, tenemos cabida en una serie como la tuya?
A nosotros nos gustaría tener más tiempo y hacer más casting. A principio de temporada Marc, Amado y yo hacemos tres o cuatro días de casting para los primeros cuatro capítulos y, al final, es casi para toda la temporada porque si vemos algo interesante lo guardamos para otros capítulos. Sólo hacer un casting para un actor ya es una ayuda y nosotros tratamos muy bien a la gente en las pruebas, incluso los propios actores nos dan las gracias. Hay otros con los que no podemos perder mucho tiempo porque llegan diciendo que van a cambiar el texto porque no le gusta o no le parece gracioso. Igual que se enseña cómo afrontar un casting también habría que enseñar qué no hacer en uno.
¿Ha llegado el momento de que en España las series tengan una duración más internacional de 50 o 55 minutos?
La medida ideal de un capitulo para mí son 55 minutos. Aquí con la mitad de presupuesto de una serie europea, hacemos veinte minutos de media más en un capitulo, por lo que te obligas a hacer demasiado plató y a renunciar a muchas cosas. ¿Si está preparado el público para eso? Para eso y para lo que haga falta. Me preguntaron una vez si el publico estaría preparado para ver “El Ministerio del Tiempo”, yo creo que el público siempre está preparado para todo, los que no estamos preparados somos los que no arriesgamos: creadores, productoras, cadenas… Antiguamente había en España una cantidad de ficciones más arriesgadas, rompedoras y superiores a las que hacemos ahora aquí, que es una televisión industrial excelente. Pero que no me parece suficiente. Lo que pasa es que no hay que quejarse de lo que hay, sino de lo que ha faltado y falta. Antena 3 y Tele 5 cumplen con su función y su negocio. Pero se ha echado de menos que el Plus produjera, cadenas por cable… A ver ahora Movistar TV.
El 73% de los actores no consiguen vivir de su trabajo. ¿Qué les podrías aconsejar tú?
El problema de trabajar como actor va implícito ya en su profesión, hace treinta años también era difícil sobrevivir actuando, lo único que se le puede pedir a un actor es que esté totalmente preparado para que cuando le llegue la oportunidad, la aproveche. Hay que estar en el sitio adecuado, en el momento adecuado… y no fallar. Eso se consigue con técnica, dicción, prepararse y tener verdad, tener tu propia visión del mundo, ser uno mismo no tratar de imitar a otro. Y algo muy importante, aprender a entender un guion, a leerlo, no solo aprenderse las palabras sino a entender el sentido de las mismas. Lo que hay detrás. Esa oportunidad siempre llega.
Pero a veces hay la sensación de que siempre trabajan los mismos.
En mi caso, es muy importante trabajar con mis actores, los que me conocen y me entienden. Rodolfo Sancho, no está en “El Ministerio del tiempo” porque apareciese en “Isabel”, está porque para mí es como un hermano. Como con Nacho Fresneda, nos entendemos con una mirada, saben cómo escribo y yo cómo interpretan. Son como mi familia. Luego se va incorporando más gente. Como Aura Garrido, que mi hermano y yo vimos claro que tendría que ser Amelia Folch. Nos alegramos mucho cuando aceptó estar con nosotros. O Mar Ulldemolins, con la que siempre que puedo, trabajo. Nosotros no solo trabajamos con actores conocidos, pero si es verdad que tiene mucha importancia la relación que tenemos y el conocer su talento.
¿Qué diferencias ves entre actores con formación, con tablas en teatro y los que no?
Tienen más facilidad para proyectar emociones o proyectar su voz. Conocen bien su cuerpo, su personaje….. el teatro es la madre de todo. Pero también hay excepciones impresionantes como Javier Bardem, Penélope Cruz, que a base de aprender son unos genios. También es verdad que hay gente a la que le quiere la cámara y eso no te lo da la formación, un ejemplo es Jesús Castro, que ha llegado por otro camino alternativo y la cámara le quiere. Aunque le critican muchos, yo apuesto que será un gran actor. No soy de los que cierran las puertas a los que no hayan hecho teatro, creo que existen varias vías y que luego dependen muchos factores. Yo no conozco a muchas actrices a las que le quiera la cámara tanto como a Maribel Verdú, Victoria Abril…. Es evidente que tener formación y tablas te da calidad y te da una trayectoria más larga en mi opinión. Eso seguro.
¿Crees importante la labor de los sindicatos de actores?
Los sindicatos tienen una enorme labor en todas las facetas de la vida, siempre que no se anquilosen. Los derechos laborales son muy necesarios pero tiene que haber una apertura también y unas facilidades. Yo hablo como productor al que a veces le falta media hora o una hora y es difícil, yo siempre reclamo flexibilidad. Y desde luego, para un actor es muy necesaria esa figura jurídica que te defienda y luche por sus derechos como trabajador.
Últimamente haces muchas entrevistas pero, ¿qué pregunta te hubiera gustado contestar y nadie te ha preguntado todavía?
Por ejemplo ¿Cuántas series te han rechazado? Y habría contestado: muchas. Y no peores que ésta. Esto es una carrera de resistencia.
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Termina esta entrevista, que podría haber durado todo un día, porque cuando tienes enfrente a Javier Olivares, una respuesta te lleva a otra pregunta y hay tantas cosas que nos gustaría saber de lo que tiene en su cabeza. Es una persona mucho más normal incluso de lo que aparenta, no es la imagen de un productor ejecutivo con un reloj de oro que le canta la hora en bable antiguo, Javier es un tipo de Usera con miles de ideas que llevar a cabo, con las que entretener al espectador y con las que disfrutar él mismo. No se embarca en proyectos que no cree o que no le apasionan, no se considera un sicario que ejecuta por dinero, el solo disfruta con lo que hace y si además gusta, la felicidad es doble. Y lo que más me ha gustado es su tremendo respeto por sus competidores, nunca se le oye una palabra en contra de otros creadores de España, el los respeta y cree que hay tanto espacio que todos pueden convivir y disfrutar de éxitos como hace Javier.
Fotos: Unión de Actores y Actrices
Agradecimientos: Hotel Emperador Madrid