Constelaciones, orfebres del amor en tiempos cuánticos
Primero y antes que nada, hay que agradecer a Kendosan Producciones que mire hacia Inglaterra para traernos a sus nuevos dramaturgos. Lugar que últimamente se tenía muy abandonado como fuente de obras de teatro que subir al escenario. Y, como esta obra demuestra, sigue siendo una muy buena fuente de textos para que los actores y las actrices españolas se luzcan y demuestren que están a la altura de los que puede haber en lugares que se consideran la referencia del teatro.
Este es el caso de Inma Cuevas, premio de la Unión de Actores y Actrices, y Fran Calvo. Capaces, como si de dos bailarines se tratase, de aprenderse una complicada coreografía y, como lo buenos actores que son, un texto que puede cambiar poco de unas escenas a otras. Y repetir escenas muy similares dotándolas de los suficientes elementos para que los espectadores reconozcan que es la misma y, a la vez, que ya no es la misma. Que ellos en esencia son los mismos y tampoco lo son en las escenas que se suceden.
Dos actores que son capaces de tocar la compleja sinfonía minimalista que ha creado Nick Payne para contar que la suma de las múltiples posibilidades de una pareja son las que hacen la pareja en sí. Y lo hacen en vivo y en directo. Con pocos, mínimos (esta palabra vuelve a salir) elementos escénicos. Unas copas, una carpeta, una gabardina, una chaqueta y su voz y su cuerpo como principales instrumentos.
Trabajo, el de estos artistas, de orfebrería. Delicado. Sutil. Que se va ganando al público y a los profesionales cada vez que se representa. Y que llama poderosamente a repetir, a volver a ver esta obra. Ya que no hay nada que interese más al espectador que las múltiples caras, las múltiples posibilidades con las se juega, se llora, se ríe, se discute y se disfruta del amor.
Con (por orden alfabético): Fran Calvo (Roland), Inma Cuevas (Marianne).
Texto: Nick Payne
Dirección: Fernando Soto
Producción: Kendosan Producciones
Espacio Escénico: The Blue Stage Family
Movimiento escénico y coreografía: Antonio Gil
Página Web: http://www.kendosanproducciones.es/constelaciones/
Los hermanos Karamazov, el teatro hecho con generosidad
Es esta una obra que está dividiendo a la crítica. Por tanto, hay críticas para todos los gustos y colores. Incluso puede decirse que tanto si la crítica ha sido positiva como negativa, ambas tienen razón. Y, a la vez, no la tienen. Es el problema de basar la crítica en el análisis de los elementos y no en el conjunto. Pues cuando se da un paso atrás, y se mira con perspectiva, se ve que se trata de una obra generosa.
Es generosa en texto, en interpretaciones, en intenciones, en longitud y, también, en limitaciones, que, debido a su generosidad, no oculta. Todas ellas son entregadas al espectador. Son un regalo hecho con cariño por la materia y el material con el que trabajan para la que Gerardo Vera, el director de esta obra, ha creado una de las más sencillas y atractivas escenografías que se han visto en los últimos tiempos. Capaz de cambiar de forma rápida y simple con la estupenda iluminación de Juan Gómez Cornejo y mínimos elementos de atrezo elegidos con mimo y conocimiento para acoger todos y cada uno de los escenarios en los que sucede esta historia.
Una historia familiar. La de un padre, rico y ruin, lúbrico, algo viejo verde, y cruel con sus hijos a los que aplica la política de cuanto más lejos mejor. Hijos de diferentes madres. Madres muertas cuando ellos eran pequeños. Ausencia que pesa, y mucho, y que les hace buscar referentes para encontrarse en lo que son. Niños huérfanos, abandonados a suerte. Y la suerte les va atrapando. En forma de religión, en forma de política, en forma de amor, ese amor que su padre sigue persiguiendo y nunca encuentra por confundirlo con lo venéreo. Todas ellas, pasiones literariamente verdaderas que se sirven cocinadas con vodka.
Y sus actores, entregados a dar, a darse completamente, con sus maneras de interpretar y de ser en escena. Todos ellos construyendo una emoción y entregándosela a un patio de butacas que la recoge en pie con un gran aplauso final. Público que sale con el entusiasmo puesto en la cara por un espectáculo, que tanto en las formas como en el contenido, proclama compasión, bondad y humanidad para poder perdonar. En estos tiempos, que como en los de los Karamazov, el perdón no está de moda, ni siquiera el que se pueda dar uno mismo.
Con (por orden alfabético): Juan Echanove (Fiódor Karamázov), Óscar de la Fuente (Smerdiakov), Fernando Gil (Dimitri Karamázov), Markos Marín (Ivan Karamázov), Antonio Medina (Padre Zosima / Juez Fenia), Antonia Paso (Fenia/Jojlakova/Criada), Marta Poveda (Grúshenka), Lucía Quintana (Katerina), Chema Ruiz (Musialowicz/Fiscal/Monje), Ferran Vilajosana (Alekséi Karamázov), Eugenio Villota (Monje / Wróblewski/Fetiukóvich/Jefe de policía), Abel Vitón (Grigori/Trifon).
Autor: Fiódor Dostoievski en versión de José Luis Collado
Director: Gerardo Vera
Producción: Centro Dramático Nacional
Escenografía: Gerardo Vera
Iluminación: Juan Gómez-Cornejo
Vestuario: Alejandro Andújar
Música y espacio sonoro: Luis Miguel Cobo
Videoescena: Álvaro Luna
Movimiento: Eduardo Torroja
Caracterización: Pato
Página Web: http://cdn.mcu.es/espectaculo/los-hermanos-karamazov/
Trágala, trágala, solo con la materia prima no basta
Si a uno le dicen que se juntan Yllana y Ron La Lá para escribir una divertida comedia musical sobre nuestro pasado como forma de reírse de nuestro presente, a lo que se añade entre sus ingredientes a Fernando Albizu y otros experimentados cómicos y cómicas, bien conocidos en la profesión, las expectativas con las que se llegan al Teatro Apolo son altas. Expectativas que tal vez sean la causa de que el espectáculo no acabe convencer.
La propuesta, procedente del Teatro Español, toma como excusa la (re)aparición del rey Fernando VII en una representación vanguardista de un grupo teatral franchute en dicho teatro. Un muerto muy vivo al que un pretendido espectador y psicólogo se ofrece a practicarle un psicoanálisis, como si fuera un exorcismo, delante de todos los espectadores. A partir de ese momento, absolutismos, bautismos, sexo, política, constituciones para arriba y para abajo, televisiones, reyes, independentistas que apoyan el centralismo, folclóricas, reinas presentadoras. Sí, todo eso se mezcla en escena como recuerdos históricos de este rey que lo hacía todo por el pueblo pero sin el pueblo. Tal vez, demasiadas cosas para darle sentido o incluso para quitárselo del todo y hacer una desnortada comedia. Para dejar títeres sin cabeza.
Un producto en el que los actores y actrices que salen a escena, a batirse el cobre, creen. Un producto con el que crean. Esforzada actitud a la que el espectador intenta responder con sonrisas, con aplausos. Que produce algunas escenas y chistes que funcionan, sobre todo los que no necesitan explicación (como el relativo a Pérez de Lafuente, el actual director artístico del Teatro Español). Y con algunos momentos musicales que no disgustarán a un público medio, y funcionarían mejor si el sonido no siguiera la tónica general de los musicales madrileños de que cuanto más fuerte, mejor, forma de trabajar con el sonido que se va extendiendo poco a poco por toda la capital del reino, que atruena a un público, como el que va a este tipo de espectáculos, con ganas de juerga, con ganas de reír, con ganas de pasar el rato. Algo que esta obra, con su ambiente fallero y de ninots valencianos, podría haber ofrecido. Y revisada en profundidad, cocinada y guisada, puede todavía ofrecer. Materia prima no le falta.
Con (por orden alfabético): Fernando Albizu (Fernando VII), Ana Cerdeiriña (María Antonia / Doña Carlota / Locutora Pepa la Malagueña / Reina Josefa Amalia), Paula Iwasaki (Reina María Cristina), Balbino Lacosta (Reina María Luisa / Inquisidor Mier /Fray Juan / Saperes), Jorge Machín (Regidor), Manuel Maestro (Godoy / Riego / Reina María Carolina), Joshean Mauleón (Goya / Obispo de León / Martínez de la Rosa / Arzobispo), Ramón Merlo (Carlos IV / Napoleón / Alagón), Luis Mottola (Tanatista)
Autor: Íñigo Ramírez de Haro
Director: Juan Ramos Toro (Yllana)
Composición, dirección musical y letras: Ron Lalá
Producción: Teatro Español, Yllana
Escenografía: Miguel Brayda
Iluminación: Toño M. Camacho (AAI)
Vestuario: Tatiana de Sarabia
Espacio Sonoro: Luis López Segovia
Efectos de Sonido: Alberto Fernández Roda
Audiovisuales: Javier de Prado
Página Web: http://summummusic.com/tragala-tragala/