“Desnudas de derechos” por Mabel Lozano

Después de ver Chicas Nuevas 24 Horas estaba tan impactada por la realidad que con tanta crudeza y claridad me mostraba su directora, guionista y productora Mabel Lozano, que me costó reaccionar, levantarme de mi butaca y articular alguna palabra. No había palabras, solo una: gracias, Mabel Lozano, por poner tu arte al servicio de un compromiso que hace tiempo has tomado y mostrarnos de manera tan didáctica y sin contestación la realidad de la trata de mujeres, con la que nuestras sociedades conviven como si fuese un problema ajeno.

Mabel Lozano es una mujer hermosamente valiente, quien ve su película Chicas Nuevas 24 Horas no puede mirar ya hacia otro lado. Por ello, no voy a ocupar una línea más, dejemos todo el espacio a Mabel Lozano y solo os pido y os recomiendo que vayáis a ver su película, que la recomendéis, alerta las conciencias, además del magnífico trabajo de guion, de una gran producción y sin duda dirección, ¡es un gran trabajo!

A punto de publicarse la revista, nos llega la gran noticia de que Chicas Nuevas 24 Horas ha sido nominada a mejor película documental de los Premios Goya 2015. ¡Enhorabuena Mabel Lozano! Tu merecido éxito da más luz a la visualización de la trata, la mayor lacra de nuestras sociedades. Estamos muy felices con la noticia y la celebramos, una hermosa coincidencia para finalizar el año y grandes augurios para el nuevo año. ¡GRACIAS Mabel Lozano!

Berta Ojea, Secretaria de Igualad de la Unión de Actores y Actrices

“Desnudas de derechos” por Mabel Lozano

Hace ahora 10 años conocí a Irina, una joven rusa que había venido a nuestro país con su flamante novio el cual le había prometido un trabajo como camarera en un bar de un amigo donde ganaría 800 euros mensuales, esto era un sueño para Irina que entonces trabajaba como fotógrafa y ganaba 100 euros al mes. Era una oportunidad de vida, y no solo para ella, también para ayudar a sus padres y hermanos.

Al llegar a Madrid fueron a una casa a las afueras y ella vio como le daban a su novio un sobre.

El sobre contenía 3.000 euros, la había vendido, Irina tenía dueño, su vida ya no le pertenecía, era una esclava sexual.

Escuchando en primera persona cuan dolorosa y aterradora es la desgracia de la denominada esclavitud moderna, es cuando llegas a la conclusión de que algo está fallando en nuestro sistema. Y digo nuestro sistema, porque no penséis que el hecho de localizar el drama fuera de nuestras fronteras, no nos hace partícipes de este delito, sino que lo vivimos día a día en nuestras calles, plazas, clubes. Solo tenemos que darnos un paseo por los núcleos de explotación sexual para ver cómo se cumple la jerarquía de poder, extorsión y violencia en contra de los derechos humanos de estas mujeres y niñas obligadas a ejercer la prostitución en régimen de esclavitud extrema.

La feminización de la pobreza está cada vez más extendida, la violencia ejercida sobre las mujeres y niñas sometidas a la trata de seres humanos está relacionada con su origen humilde y el entorno desestructurado que las acompaña. Mujeres y niñas que son explotadas de sol a sol y de domingo a domingo. En jornadas de hasta 15 horas sin parar y con una “clientela” de hasta 40 hombres por noche. Se convierten en seres sin identidad, puesto que se les arrebata el pasaporte y se les amenaza con atacar a sus seres queridos si deciden denunciar el drama que están viviendo..

La trata es el tercer negocio más lucrativo del mundo. Mueve 32.000 millones de dólares al año, pero detrás de estas cifras monetarias, se encuentran datos aún más demoledores y es que 4,5 millones de mujeres y niñas son víctimas de este comercio de personas.

Vidas humanas, de las que verdaderos sistemas mafiosos se lucran utilizándolas como si fueran trozos de carne. No hay que ser economista para entender que la ley que propicia todo esto es la de la oferta y la demanda.

Teniendo en cuenta que España es un país a la cabeza del consumo de prostitución, en el que hay mas de 1.900 clubes, el teatro de operaciones de los tratantes de mujeres y niñas. En España este negocio mueve la escalofriante cifra de 5 millones de euros al día.

Asimismo, los medios de comunicación no ayudan a la hora de sensibilizar contra este drama social, quizás por los 40 millones de euros anuales que recauda la prensa escrita gracias a los anuncios de contactos sexuales. Pero además, cuando se nos informa sobre la trata de mujeres siempre se hace desde el morbo y el amarillismo, poniendo el acento en la desnudez de sus cuerpos y no en la desnudez de derechos de tantas mujeres y niñas victimas también de la exclusión social, del miedo y el silencio.

Ante la trata de personas no debería haber condiciones pues es una gravísima violación de derechos humanos. La extorsión, las vejaciones y el miedo no deberían formar parte de la vida de nadie, la trata de seres humanos es un lastre que algunos no quieren ver pero que nos concierne a todos. No se puede manipular una realidad omnipresente que provoca el sufrimiento de miles de personas.

No sigamos mirando para otro lado.